Ayer asistí a la conferencia de Mariana Turró, Licenciada en galletas de arroz con Tholem light. El tema de la ponencia era "Perdurabilidad y Caducidad de los Besos".
Una cachetada de intuición me convidó a ingresar y escuchar a la Licenciada, como asi también el debate que se generaría al respecto. Quería yo ver si encontraba la solución a la franca insolvencia de mis besos en el mercado del Amor.
Rengo en el arte de la seducción, tuerto con el arco y flecha de cupido, sordo para los consejos de los buenos Don Juanes, mis besos muerden la banquina de la soledad y son gambeteados por princesas que, en el mejor de los casos, los utilizan para colocarlos debajo de la pata de la mesa para equilibrarla.
Entonces, en el fragor de la conferencia, la Licenciada Mariana Turró dijo una reflexión que cayó en el bolsillo de mis pensares y ha funcionado como mantra espiritual en una nueva etapa de mi vida en la que intento ejercitar algunos músculos de la seducción que habían bostezado durante mucho tiempo, negándome la posibilidad que alguna dama reparase en quien aqui suscribe. Espero mejorar mi cotización en el mercado del Amor.
La conclusión de la Licenciada fue concisa y contundente:
" Es menester trabajar para lograr esculpir buenos Besos, aquellos que juegan en las ligas mayores y definen todas las finales con goles de taquito.
Los Besos que no caducan y perduran son aquellos que una vez liberados para que lleguen al destino deseado, son esos en los cuales la destinataria, al recibirlos, los mete en el freezer y los saca en noches de calor para tomarlos con el Fernet del Deseo ".
Gracias a la Licenciada, hace unos días estoy sentado en la esquina de la placita de mi barrio desplegando algunas técnicas aprendidas con las doncellas que pasan a mi lado.
Debo confesar que estoy aprendiendo, ya recibí dos sonrisas, media guiñada de ojo y un tímido: "gracias, bonito".
Calaverita Mateos
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