22 sept 2012

LA CIENCIA DE LA ARAÑA

LA CIENCIA DE LA ARAÑA
De repente abro los ojos. Curiosamente, me observo desde el vértice que forman la pared y el techo. Estoy recostado en la cama durmiendo. Estoy arriba atento, sigiloso. En la cama no me muevo demasiado. Ronco. En el techo ocho patas peludas me sostienen. Abajo me cubren la sábana y una colcha mullida. Arriba un velo de hilo simétricamente tejido. Sueño que soy una araña solitaria que hace dos semanas no ha comido nada. Detesto las arañas. me dan impresión. Las quiero lejos. Ronco. Se abre la puerta de la habitación. Reculo arriba. Me tapo todo, abajo. En el sueño, Una mosca ingresa en la habitación, está desorientada, nerviosa. Me pongo en posición de ataque. no me muevo. Bostezo y despierto exaltado. Odio las arañas. La mosca colapsa contra la red, la abrazo instantáneamente. Clavo mi ser en su ser. Fallece inevitablemente. La veo, es la misma araña del sueño. Está arriba comiendo una mosca. Siento asco y miedo. Le tiro con una pantufla con acertada puntería. Fenecen la araña y con ella su tela. Yo caigo hacia atrás sin respirar. Lentamente, muero. Nunca sabré si fui la araña o el que la soñaba. Tal vez ambas. Calaverita Mateos (Esquel)

DANZA, MUJER, ESTE BAILE CALAVERA

DANZA, MUJER, ESTE BAILE CALAVERA
Baila, Princesa, al son de los huesos bufones y las sombras que gambetean al Barba. Aquí nos arremangamos las tristezas y está prohibido enchufarle bozal a las carcajadas. Tenemos un patovica que te hace cosquillas al entrar, usa bonete amarillo, pantalón verde y en las fiestas patrias oficia de Celestino con probada eficacia. Mueve las tabas, Bonita, que en este club Borges baila cumbia con Perón tomados de la mano, mientras beben sin cesar el licor de las ironía al compás de una DJ sin manos que pincha discos con sus tetas colosales. En este antro, cuando las penas se van a sentar les sacamos la silla y nos tiramos pedos con olor cuando los escribas y los vigilantes andan queriendo mufar este paraíso a estribor. Shake, Baby, shake, Niña bien de casa peor, que aquí los amores que no volverán saltan de escote en escote y si te descuidas, los pezones le guiñan el ojo a los viudos que olvidaron el arte del beso en la mesita de luz sin luz ni mesita. Asi es, Doña, danzamos en absoluta desnudez mientras las bollocks se bambolean cual campanas en franca llamada de cortejo mientras en el medio de ambas, un flaco cabezón y tuerto, pispea en busca de las polleras más cortas y las perversiones más altas. No tengas miedo a este coro de los Loosers más championes, te aseguro no dañan ni una mosca, pero emborracharán de mimos tus caderas y tus verdaderos deseos de que, cuando saque el cogote el sol por el horizonte, un Príncipe Azul entre por la puerta de adelante, te saque por la puerta de atrás y, finalmente, tengan tres arboles, planten dos libros y escriban seis hijos. Baila, Princesa, al son de los huesos bufones y las sombras que gambetean al Barba. Calaverita Mateos (Esquel)

UNA VUELTA POR ESQUEL...NEVANDO

PARAÍSO CHUCHERIA

PARAÍSO CHUCHERIA
He aquí la utilización cariñosa, tierna y honrando la contundencia de la injerencia que tienen los Amores viejos en nuestra cotidianidad. Me referiré con mucho respeto a los Amores que ya no comparten la misma vereda, exiliando de este relato a los pensares socarrones y de mal gusto. Mencionaremos a dichos Amores como CHUCHAS. Pido gancho a las Princesas que chusmeen de refilón la utilización de este término y me importan dos bledos y medio comino la opinión de los machos bravíos que no leen estas líneas por temor a dejar entrever la pollera que viste el dark side de sus biceps a base de bifes de anabólicos. Bien, regresemos a nuestras CHUCHAS. Aunque uno cinche sueños del futuro en pos de pescar una CHUCHA que nos salve de un mar de mediocridades, siempre, pero siempre, alguna CHUCHA regresa del pasado a devolvernos alguna pilcha olvidada o chantarnos el beso último que jamás pudimos darnos. Según las Tarotistas, las leedoras de la borra del fernet y los Ingenieros Civiles divorciados, estas CHUCHAS regresan para mortificar nuestra existencia horadando, supuestamente, nuestra tranquilidad periódica. Vuelven a "hacernos un trabajo". Los Psicólocos Lacanianos esgrimen detrás de sus pipas y lentes que sólo se trata de situaciones sentimentales aún no resueltas. En cambio, los Freudianos afirman que por cada CHUCHA hay un recuerdo de un pedo escapado en algún casamiento que busca filtrarse por el inconsciente en forma de CHUCHA. Sin desmerecer cada una de las hipótesis anteriores, advierto que todas estas honrosas disciplinas pretenden o intentan ahuyentar de nuestro presente todos los Amores pasados (CHUCHAS), que regresan fantasmales a soplarnos la nuca, por considerarlas inconvenientes a nuestro normal desenvolvimiento. Humildemente, les confieso que no deseo desprenderme de las CHUCHAS que vienen del pasado a galopar el corazón y el pensamiento. Más bien, agradezco a todas las CHUCHAS que me han enseñado las artes amatorias, las CHUCHAS que me han jurado fidelidad y a la vuelta de la esquina me engañaron con el Tornero, a las CHUCHAS que me abandonaron en una noche sin explicación alguna y a las CHUCHAS que abandoné con una espantosa jactancia de macho mamarracho. No quiero olvidar las CHUCHAS tiernas, las CHUCHAS charlatanas, las CHUCHAS timidas y las CHUCHAS que revolean el escote a los cuatro vientos. No, Señor Juez, no quiero que me liberen de esa condena (si es que efectivamente lo es), dejeme convivir con todas las CHUCHAS que me han hecho el que soy, ni mejor ni peor, pero me quiero así. No me alcanza la vida para homenajear a tantas CHUCHAS dignas que amé, me amaron y guardan esa instancia en los distritos oníricos. Borges imaginaba el Paraiso como una Biblioteca. No está mal, pero le juro que sueño un Paraíso con CHUCHAS. Si existe un más allá después de este más acá, deseo que sea Paraiso CHUCHERÍA. Calaverita Mateos (Esquel)

"CALAVERIUS ONIRICUM"

"CALAVERIUS ONIRICUM"
Mi primera incursión en el mundo de las artes plásticas con acrílico. Calaverita Mateos (Esquel)
En la punta de mi nariz anida una Mentira. Tiene alas, ojos grandes y una tela de araña anaranjada enredada en sus verbos y sustantivos. Los días lunes, miércoles, viernes y feriados, remonta vuelo. Nada oceanos de nubes en busca de una Verdad. Las obreras de una colmena japonesa la iniciaron en la aventura. Según dicen, esta Verdad habita en cada mejilla de los niños que toman cacao y se embarran las zapatillas. Calaverita Mateos (Esquel)

NOCHES DE VOS SIN VOS.

NOCHES DE VOS SIN VOS.
Es asi, Colega. Hay noches con caries en los colmillos y los Don Juanes se vuelven vegetarianos y abstemios. Noches donde las estrellas fugaces se acovachan atrás de la luna y se hacen las sordas cuando uno le manguea medio deseo. Es asi, Cumpa. Hay noches en que salen los fantasmas de corpiños memorables a morderme los tobillos de mis "no la recuerdo" y se meten de prepo entre las sábanas y mis "te extraño". Es asi, Tri Tri. Hay noches que me ladran a calzón quitado los mimos a mansalva que nos salpicamos durante medio verano. Es asi, Boncha. Sus carcajadas ya no abofetean mis mufas y sus caprichos bonitos no se escurren por mis debilidades de varón. Pero me trago las lagrimas y los reproches. Son así de guachas algunas noches, Compadre. Los besos que te di se muerden los labios y te dicen chau desde la ventanilla de este Torchita sin rieles, mientras tus tristezas disfrazadas de clown se sientan en los andenes de la estación Nahuelpán a taparle los oidos cobardes a los "no te vayas, aún te quiero". Calaverita Mateos (Esquel)

LA MENTIRA COMO HERRAMIENTA DE ARMONIA SOCIAL

LA MENTIRA COMO HERRAMIENTA DE ARMONIA SOCIAL
No abordaremos en esta ocasión "la Mentira" desde una óptica moralista ni mucho menos leguleya. Por lo tanto, espíritus altruistas y lectores afiliados al sindicato de las buenas costumbres, abstenerse. Procederemos a analizar algunos breves ejemplos de uso cotidiano en donde la Mentira viaja desde el receptor al emisor y viceversa como una herramienta cuyo uso está tácitamente aceptado para no producir desequilibrios sociales Arriesgo, no sin esperar una mirada inquisidora de academicos filosofos, politologos y vendedores ambulantes de praliné, que en el Contrato Social de jacques rousseau existe una ausencia insalvable como materia prima de sostenimiento y elemento estabilizador de tensiones sociales: La Mentira. Ahora, si me ayuda usted, daremos un paseo por algunas mentiras de uso diario que nos ayudan a continuar en un universo cuya Realidad, a veces, pesa más que la ley de gravedad: 1) Fiesta de año nuevo y navidad: besos de plático, felicidades y prósperos años nuevos entre parientes que se odian y desconocidos impresentables. 2) Si por cada saludo al arrancar el día recibiéramos las verdaderas sensaciones de los saludados: - "Buen día, cómo le va?" - - "Para el orto, y a vos que mierda te importa si no se quien garcha sos". 3) "Mi Amor, te quiero para siempre", frase que medida con la regla de la dura objetividad no tiene el mínimo valor real, pero en los distritos de una relación amorosa goza de impunidad. 4) Cola en el Banco: Señora mayor dice: "Qué humedad, no?" a lo que uno, sinceramente desea contestar: "La misma frase de mierda que todos los pelotudos que no tienen nada importante para decir y no se pueden quedar callado", pero la Mentira viene a salvarnos de un episodio de pugilato y puteadas: "Debe estar por llover, Señora, quiere pasar antes que mi, por favor?". 5) Padres a sus Hijos: "Los queremos a todos por igual". Debido a la evolución intelectual de los niños, esta frase roza lo bizarro. Imaginense un "amorometro" interno de los padres que estabilice constantemente los altibajos querenciales filiales. 6) Seguramente alguno de los comentarios que colocarán aqui abajo contendrán enormes ejercicios del pensamiento, el recuerdo y humor, pero seguramente le colocaré un "me gusta" para no entrar en insolventes discusiones facebookianas. Calaverita Mateos (Esquel)

PILAR SORDO EN ESQUEL

LAS GRADAS DEL GIMNASIO MUNICIPAL ESQUEL (Dedicado a todos los viejos chotos que vivimos los intercolegiales esquelenses)

LAS GRADAS DEL GIMNASIO MUNICIPAL ESQUEL (Dedicado a todos los viejos chotos que vivimos los intercolegiales esquelenses)
Hace poco tiempo advertí, con sorpresa, que en el Gimnasio Municipal de Esquel han sucedido algunas transformaciones. Todas ellas han mejorado el lugar, arquitectonicamente hablando. Lamentablemente, no han consultado si podían o no arrebatar las historias que se parieron bajo las sombras de las Gradas. El lugar es ahora un sitio amable para las prácticas deportivas, culturales y sociales, pero una ausencia material me dejó notablemente triste. Acérquese, colega, le voy a contar algunas cositas sobre este Gimnasio, sobre este corazón. En los años mozos de secundaria el Gimnasio Municipal poseía una cancha, como la de ahora, pero un tanto más austera. Voy a obviar en esta oportunidad una detallada descripción edilicia para detenerme en la materia prima de este entripado que aqui desembucho, para detenerme en un sector particular. Las Gradas. Mientras en la cancha se debatían intercolegiales furiosos de Volley, Baquet, Fútbol y otros deportes, las Gradas sostenían hinchadas jolgoriosas que victoriaban a sus respectivos colegios con cantos que van desde el afamado "Olé, olé olé, olé, olé olá..." o el tan repudiado por las autoridades del Colegio Salesiano "Normal, compadre la shell de tu madre...". Pero todos los esquelenses guardamos un secreto y que venga alguien a desmentirlo. Todos, pero todos, sabíamos que debajo de las Gradas de madera y metal, allí donde las fuertes luces del techo no penetraban sucedían hechos que no quedaron documentados en la historia oficial del Gimnasio Municipal. Allí pululaban aquellos que no se sentían atraídos por las destrezas deportivas ni las infulas de protagonismo, aunque también los que eramos deportistas soliamos asistir con cierta asiduidad a aquel distrito. Algunos atorrantes que andaban por ahí abajo se dedicaban a churrasquear bolsos y pertenencias de los desprevenidos; bajaban los pantalones de joggins de distraídos muchachos que dejaban al descubierto sus partes frente a un público que no reparaba en señaladas y carcajadas. Obviamente, no faltaban las parejitas que encontraban allí un hueco donde las reglas y las garras de las autoridades académicas y familiares no llegaban. He aquí lo importante, compadre. Una noche de Intercolegial, luego de una goleada propinada contra la Politécnica en el primer tiempo, fuimos a estirar los músculos. De repente, entre tablón y tablón de las Gradas, apareció Ella. Era la chica más bella que jamás había visto en Esquel. Curiosamente, leía un libro de Lewis Carrol acomodada entre la maraña de fierros donde había colocado su mochila de escuela a modo de respaldo. Dejé a los muchachos sin decir nada e ingresé al mundo debajo del Mundo. Me acerqué con timidez. Me vio. Sonrió suavemente. Me senté a su lado y conversamos. Los gritos de las hinchadas y las puteadas de los jugadores parecían haber quedado en stand by. Contó que estaba obligada por los padres y, obviamente por la escuela, a asistir a las clases de gimnasia y a los intercolegiales. odiaba el deporte y los gritos del lugar, pero había encontrado debajo de las Gradas un oasis para satisfacer sus deseos de soledad y fantasía. Me enamoré de inmediato. Pronunció su nombre. Lía. Era alumna del Salesiano, dijo. De repente el silbato del arbitro y el grito del entrenador nos convocaron al regreso a la cancha. La besé en la mejilla diciéndole que me esperase unos minutos hasta el final del partido. Sonrió. Sonó la chicharra que indicaba el final de la partida. Normal 7 Politécnica 2. Sin saludar a mis compañeros de equipo rajé hacia las profundidades de las Gradas, pero no la encontré. Pregunté a los mismos sabandijas de siempre que andaban por ahí, pero todos juraban jamás haber visto una chica en aquellos lares. Incluso, describí a los alumnos del Salesiano sobre Lía y la respuesta fue idéntica. No existía ninguna Lía en el Salesiano. Todos por aqui aún recordamos decenas de historias sobre el mundo debajo de las Gradas del Gimnasio. Ladrones de alta alcurnia. Seres mitológicos que se alimentan con los papelitos con cuento de los chicles Bazooka, fantasmas de jugadores de intercolegiales antiguos que desean regresar a convertir el gol que no concretaron en vida, pero nadie, absolutamente nadie menciona a Lía. Hay noches en las cuales sueño que aquel encuentro con Lía fue lo más real que me pasó en la vida y que esta vigilia es sólo un mundo sombra de otro mundo. Tal vez sea asi. Quizás nuestra vida esté por debajo de unas Gradas gigantes que pertenecen a un Gimnasio Municipal del Universo y su Intendente, Dios, sólo juega historias picarezcas en los entretiempos. Calaverita Mateos (Esquel)

SALVA BANDONEÓN

SALVA BANDONEÓN
Por cada latido del corazón de una libélula, dos notas de un triste bandoneón lejano bajan en forma de lágrima por sus mejillas. Ella llora los besos de miel con los cuales su amante, ayer, pintaba de poesías y pan dulce las casas del barrio que la mira con compasión. Pocos comprenden su dolor. Sólo un Viejo. Un marinero, músico jubilado y viudo la salva de vez en cuando. Es el más anciano del Pueblo que cuida su jardín y un pequeño estanque con flores y juncos. Ambos no se conocen y, tal vez, jamás supieron el uno del otro. Pero los domingos en las mañanas, el mima su añejo bandeneón al lado del estanque. Cantan los zorzales, los gorriones. Vuelan y danzan mariposas y libélulas. Las notas se escurren por la ventana de la cocina de Ella y las esperanzas vuelven a parpadear. Por cada latido del corazón de una libelula, dos notas de un triste bandoneón lejano bajan en forma de lágrima por sus mejillas. Calaverita Mateos (Esquel)

SUSPIRO DE BRUJAS Y SAUCES

SUSPIRO DE BRUJAS Y SAUCES
Hay dos brujitas de peluche sentadas en la vereda de la sombra de un recuerdo que ya es sombra de ese recuerdo. Hay escobas de galleta crocante y dulce de leche que danzan al son de un silencio que habla de ecos huérfanos. Me preguntaron dónde queda ese lugar. Para apreciarlo hay que cerrar los ojos suavemente y mirar hacia adentro, dije. Precisamente en el rincón de los suspiros que lloraron los sauces ancianos. Calaverita Mateos (Esquel)

"SUEÑOS DE HUELLA"

"SUEÑOS DE HUELLA"
Imagen tomada con celular en Lago Puelo. Calaverita Mateos (Esquel)

DIEZ PASOS PARA IDENTIFICAR INTELECTUALES CON TALCO EN LAS AXILAS.

DIEZ PASOS PARA IDENTIFICAR INTELECTUALES CON TALCO EN LAS AXILAS.
La culpa cristiana no sólo ha erosionado el goce del cuerpo y el pensamiento libre en las comunidades eclesiásticas, sino que también a socavado con silenciosa destreza en los foros que, consciente o inconscientemente, han sido infiltrados hasta adoptar posturas dogmáticas tan cerradas y monolíticas que olvidaron disfrutar (o lo hacen, pero a escondidas), de ciertos respiros que ofrece la superficialidad de vez en cuando. Estos individuos, extrañamente, creen que las trivialidades están reñidas con el intelecto. No pueden (o no quieren), disfrutar tanto de la Divina Comedia del Dante Alighieri como de tirarse pedos en la cola del Banco. Si presta atención, podrá encontrar estos especímenes más aptos para monaguillos o conventos eclesiásticos en ámbitos acartonados de los sectores más conservadores de la derecha argentina, pero también los divisará en rondas de pseudos progresistas en eterna prerevolución y ecologistas en defensa y lucha por la conservación del Caracol acuático de Singapur. Hechos y frases para reconocerlos: 1) Pueden criticar cada segundo de cada uno de todos los programas de Tinelli con preciso detalle, pero juran con total impunidad que jamás vieron el programa. 2) Están en contra de los chistes fáciles. En realidad se muerden los labios para no soltar una carcajada por miedo a descontracturar esa pose de cemento. 3) Desprecian a Borges y esgrimen públicamente que su literatura es difícil, barroca e impenetrable. No sólo no han leido a Borges, sino que no han logrado desenredar el inmenso humor del escritor argentino en sus textos. 4) Creen que andar con cara de orto todo el día será recepcionado por los demás como signo de intelectualidad. 5) Aprovechan cualquier tema de conversación para decir "Yo no tengo televisión", como si esta fuera la culpable de sus pobres intervenciones pensantes. 6) Sienten alergia ante cualquier atisbo de cultura popular y, curiosamente, para ellos la cultura popular y colectiva se reduce a los cinco militantes revolucionarios de su agrupación. 7) Si se habla de televisión seguramente dirán: "Yo veo sólo Discovery, History y National Geographic", supuestamente reñidos con otros generos televisivos, perdiéndose de enormes series y programas superficiales que sólo sirven para eso, pasar unos minutos de saludable trivialidad. 8) Odian compartir y distribuir conocimiento, si es que realmente lo tienen. 9) Pueden pasar cinco horas con amigos aguantando una picazón de orto por vergüenza a mandar los cinco dedos a rascar con eficacia y placer la nalga que lo pide a gritos, creyendo que rascarse el culo es antagónico al pensamiento superior. 10) Seguramente leerán estos diez pasos, pero dirán siempre que jamás lo leyeron ni lo leerían. Calaverita Mateos (Esquel)