Brasil 31 de Enero de 2011
Amado mio:
Te escribo desde una de mis siete estancias en Brasil, estoy a punto de cenar con mi familia esperando año nuevo y estoy triste, te extraño.
Justamente recordaba el día que te conocí, yo estaba en pareja con Leonardo Dicaprio y estabamos de vacaciones en la Patagonia de incógnito, en el Parque Nacional los Alerces.
De repente, nos acercamos a un fogón y te vimos, estabas comiendo una pata de capón con la mano. Nos saludaste con un beso, desparramando toda la grasa por nuestros rostros. A Leo le dio tanto asco que vomitó sobre el fogón produciendo un fuego grande, hecho que le valió la expulsión del Parque Nacional y yo tuve que quedarme esa noche con vos.
Dormimos en carpa. Vos sacaste mis calcetines afuera porque decías que mi olor a pata no te permitía dormir, igual que mis ronquidos y mis pedos.
A la mañana siguiente me despertaste con unos mates y tortas fritas de dos días, pero calentadas en el fogón.
Luego nos fuimos a caminar y pescar. Nos bañamos juntos en el lago Futalaufquen y recuerdo que cuando saliste del agua tuvimos que buscarte la pinchila con lupa y en los días posteriores también tuvimos que buscarla con lupa, evidentemente no era el frio el problema, pero el tamaño es lo de menos, igual te quiero.
Nos separamos aquel día que me dijiste que no tolerabas que te abrace de noche, que no te tirara las piernas encima tuyo ya que traspirabas como un hijo de mil puta.
Espero que pases un bello año nuevo y me extrañes.
Quiero que sepas que sos el amor de mi vida y si es necesario dejar de tirarme pedos de noche para que vuelvas conmigo, lo haré, te lo prometo.
Por favor, mandale saludos a tu familia y al "Bolsa e'Mondongo" carnicero amigo que nos preparaba las achuras para el asadito de los domingos.
Con todo el amor del mundo, tu Giselle Bundchen
Calaverita Mateos
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