Madrugaste las pupilas de este varón con un tacle de elegancia
y quise beberte, mi amor...
Me gambeteaste como lo hacen las princesas de las ligas mayores
y quise beberte, mi amor...
Soñé surfear tus piernas, hacernos carne y mar
Y te bebí despacito, mi amor...
Me asomé al balcón de tus tetas con lengua y agua
y te bebí alborotado, mi amor...
peleamos en el supermercado precios de pañales
y brindamos, mi amor...
peinamos canas, mientras alpargateamos veredas mundiales
y brindamos, mi amor...
En el atardecer de nuestras vidas, mientras te lleve el desayuno a la cama, en silencio voy contarte una historia de esas que paren los clásicos, de amores que no bajan la guardia ni ante tsunamis de adversidades.
Y, aunque te molesten mis caprichos y poemas de amante conservador, voy a tatuar los paredones de mi barrio con infinitos "sos la razón de mi vida".
y levantaremos esas ultimas copas, mi amor...
quiero que nos recuerden en los brindis de los novios
como una leyenda patagonica que, entre viento y neneo...
emborrachamos el anhelo de quienes desean plantar un arrayan, escribir nuestra biografía y envidiar el crecer de nuestros hijos.
Sin resaca, vivo borracho de vos.
Calaverita Mateos
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