6 abr 2012

EMILIA Y EL DIARIERO

EMILIA Y EL DIARIERO

Emilia camina todas las mañanas hasta una playa cercana, desierta, silenciosa. Ella, todas las mañanas se para en el mismo lugar y mira hacia un punto mas o menos fijo en el techo del horizonte.
En la ventana de Emilia hay un faro que alumbra cuatro ventanas que atesoran cada una un planeta y sus estrellas más compinches. Emilia espera que dios construya el castillo alrededor de esas aberturas, luego una chimenea y después una puerta grande por donde egresará su Príncipe Azul y la rescatará de este mundo monocromático para llevarla a conocer el universo y contraer matrimonio sobre un cometa peregrino.
En el pueblo aseguran que está loca, pero no daña a nadie. Solo un personaje simpático del lugar. Antonio, el diariero, se toma su tiempo todos los días para detener su bicicleta y ver la constancia de Emilia.
Una tarde de otoño, Emilia no fue vista nunca mas en el pueblo. Tampoco el diariero apareció por aquellos lares.
En la actualidad, en las noches estrelladas, los novios y recién casados suelen concurrir a la playa para comprometerse. Esperan el momento en que un cometa pasa frente a ellos para corresponderse.
Algunos afirman que el cometa es una bicicleta. El diariero recorre el universo enamorado y en la sillita de atrás, Emilia rie feliz.

Calaverita Mateos

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