(una dura historia de amor)
Como toda mujer, actriz, aristocrática nacida en Toscana, para los demás era dura, áspera.
Me decían, dejala a esa concheta si es fría, insulsa y no tiene alma. No le des bola.
Sin embargo, alguien dijo, acertadamente, que el corazón tiene razones que la razón no comprende. Cierto día la vi en la cola del cajero. Me vestí de valentía. La mirè directamente a los ojos y con seguridad le expresé:
"No me preguntes la razón, sólo se que te deseo"
Gracias, me contestó ella, con un rostro que se suavizó para dar paso a una bella sonrisa y agregó, hace decadas esperaba que alguien se atreviera a decirmelo.
Hoy vivimos juntos en Piedra Parada (nuestro lugar en el mundo), vivimos de nuestra huerta y de la venta de artesanías realizadas en piedra.
A veces, frente a las piedras de la vida solo tenemos que encontrarle la Grieta, en mi caso lo logré, con Grieta Garbo.
Calaverita
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