(una historia asombrosa)
Dia de sol. El venia por Rivadavia, distraido, con su sombra marcando la senda. Yo iba, por 25 de Mayo, llegando al cruce con Rivadavia hablandole a mi sombra para que de una buena vez se independice y haga su propia vida.
De repente, en la esquina, ambas sombras chocaron. Se fusionaron en una sola. Conversamos y consensuamos con el otro señor en que ya no nos pertenecian las sombras. "Correcto", dijo la nueva sombra, "Soy Don Segundo Sombra", mientras se perdia por detrás de la sombra de un alamo.
Calaverita
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