"En estos días, durante este entretiempo por decreto que me tocó descansar, en el juego de la vida, me dediqué a caminar para atrás con patas de rana y mirar de reojo algunas páginas de esta historia que me escribe, que me escribo.
Encontré capítulos memorables, con menos aplausos que puteadas.
Hay algunos párrafos que, sin salpicar vergüenza, me hicieron sonrojar.
Pululan pasajes dignos poesías de cotillón.
Hay días de sol con la camiseta del Diego en territorios de polleras y días de lluvia cabeceando corners sin paraguas y en el arco propio.
Me crucé con hojas pegadas que aun no me animé a despegar para leer.
En algunos tramos, al leerlos, inflo el pecho como superman y en otros me mando a guardar como basurita debajo de la alfombra.
En fin, son algunos años de trazos de vida con tinta comprada en lo de un chino trucho, con la pluma de un halcón ciego y medio rengo, que se puede conseguir en las mejores verrucarias de tu barrio o en las librerías de tu ciudad, en las góndolas de oferta "2x1" o "llevate esta biografía y te pagamos el favor".
Pero, seguramente, cuando tengas este ejemplar en tus manos y lo coloques para nivelar la pata más corta de tu mesa o como posa pava para el mate, sabrás que al menos te he sido útil en algo."
Calaverita
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