2 jul 2011

ALMA PRISMA

ALMA PRISMA

Ana Lucia era una poeta extraordinaria. Desde su pueblo, Gan Gan, habìa escrito una trilogía de narraciones breves tituladas "Alma negra y oscura como la noche", manifestando una profunda y pesimista visión de la vida.
Mientras arrean sus ovejas, cuentan los puesteros de la zona, que Ana Lucía vivía por para y en la poesía de los escritores malditos y oscuros. Desconfiaba ciegamente de la ciencia ya que, según ella, era un invento de los "sin alma". Ana Lucía creía que el alma era una sombra de los rincones más tenebrosos de nuestro ser. Los colores habìan sido desterrados de la sensibilidad humana el día mismo en el que el arte y la ciencia habian optado por divorciarse.
Una tarde noche de esas clásicas de Gan Gan, la Poeta fue a comprar al almacén un paquete de velas ya que le gustaba leer con poca luz. Vicente Morresi, hijo del dueño del almacèn la atendió y cuando le daba el vuelto a Ana Lucía, le dijo:
V: "Aquí tenes el vuelto. Leí tus libros. son hermosisimos y sensibles"
A: "Gracias, hasta luego"
V: "Estás triste, Ana"

Llegando a la puerta del boliche ella se dio media vuelta y dijo:
A: "Los poetas nacimos para la soledad y la tristeza. La oscuridad de nuestras almas nos obliga naturalmente a vivir así"
V: "Te pierdes mucho. Hay un mundo de colores pujando desde tu interior por salir a pintarte la vida"
A: "Te agradezco las palabras, pero es inevitable"

El almacenero le dijo que esperara un segundo. Fue hasta la despensa del almacén y trajo una linterna vieja. Muy vieja. plateada y salpicada pr el oxido que venia haciendo muy bien su trabajo. Recordaba que su Abuelo se la había regalado cuando el tenia sòlo 7 años.
El Abuelo le dijo que esa linterna habia sido un construida por un científico chiflado que había pasado por el pueblo hacia muchísimos años. Como andaba sin dinero para pagar la cuenta en el almacén, dejó como forma de saldar la deuda esa linterna adjudicándole poderes físico astronómicos inigualables. Según el cientifico chiflado, la luz de esta linterna poseia la propiedad de un prisma, es decir, los objetos que iluminaba esta linterna eran sorprendidos al descubrir en ellos los colores del universo que están en todos los rincones del cosmos y en cada atomo que vive en el mismo.
Vicente le contó la historia, pero Ana Lucia haciendo gala de su escepticismo artístico le dijo amablemente:
A: "Gracias, Vicente. Pero la ciencia no tiene sensibilidad"
v: "Espera!" - dijo en voz alta, mientras colocaba unas evereadys por la parte trasera del tubo de la vieja linterna -

Vicente sopló el vidrio de la linterna. Sacudió un poco el objeto y le dio unos golpecitos con la otra mano. Corrió la perilla hacia el indicador de encendido y una tene luz parpadeó hasta hacerse más fuerte. Una luz blanca, radiante y extrañamente hermosa brotó de las fauces de la linterna.
Ambos se sorprendieron. Ella comenzó a caminar nuevamente hacia el mostrador y cuando estuvo cerca de Vicente pisó una madera floja del piso que hizo un ruido brusco, provocando un sobresalto en Vicente que levantó sin querer la linterna que quedò apuntando al pecho de Ana Lucía.
Lo que ocurriò a continuación, solo los cuentos de hadas pueden contenerlo. La luz de la linterna que besaba el pecho de la chica, continuaba luego la dirección brotando desde su espalda pero esta vez emanando los colores del arcoiris. Estos rayos coloridos escapaban del almacén y salpicaban las calles, las casas y la plaza de Gan Gan.
Ana posó sus manos en su corazòn y con ojos humedecidos le dijo a Vicente:
A: "Gracias, Vicente. Entiendo, al fin comprendo"
V: "Yo también, Ana. Mi Abuelo al regalarme la linterna me dijo que sólo funcionaria una vez en la vida. El día que el amor de tu vida estè frente a ti"
A: "Te amo, Vicente"
V: "Yo tambièn, Ana. Siempre te he amado"

La luz de la linterna se fue devaneciendo hasta quedar apagada. Nunca nadie pudo volver a prenderla y quedó en la despensa del almacén para ser visitada por algunos turistas curiosos de conocer el objeto de la leyenda de Gan Gan.
Ana Lucia y Vicente se casaron. El estudia física y astronomía en sus ratos libres. Ella sigue escribiendo poesias oscuras y tristes, pero lleva una vida feliz con tres hijos preciosos.
Hay personas que descreen de la ciencia y otros que aborrecen el arte y lo consideran una actividad inútil.
Creo, despuès de haber visitado Gan Gan, visto la linterna y haber tomado mate en la casa de Ana y Vicente que la Ciencia y el Arte son las dos caras de la llave que abre la puerta al misterio maravilloso de la vida. del Universo.

Calaverita
www.egononfui.com.ar

Inspirado en maravilloso dibujante TROCHE

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