"Una vez, hace ya algún tiempo, me dijo el locòlogo que Dolina está equivocado. No todo lo que hacemos en la vida es para conquistar una mujer.
Insistió en que pensara en otra cosa, que me suba al auto tome la ruta, sin destino fijo, y que en la mitad de mi travesía me concentrara en las lineas amarillas del camino. El, por su parte, me seguiría desde el aire en un helicóptero para sacar una foto a mi auto y mostrarme la evidencia concreta de que si yo me desvinculo de la cotidianidad, las mujeres pasarán a un segundo o tal vez a un tercer plano.
Todo salió a la perfección. El viaje, el helicóptero y la foto; sólo que esta ultima al revelarla manifestó algo que no encajaba en la lógica del Locologo.
Hoy a la tarde tengo que visitar a mi ex locòlogo, como todas las tardes de viernes, para leerle cuentos de Dolina mientras cumple la internaciòn en el hospital psiquiátrico de Fofocahuel donde, según cuentan los profesionales que lo atienden, tiene miedo de volver a transitar por las rutas"
Calaverita
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