Corazón, pisas el cielo, colgada del piso. Hay siempre una lejania saludable en tu cercanía, te lo agradezco. Sabes que siempre brindo con buen vino por los saludables espacios y tiempos propios que la individualidad exige para mantura la cordener.
Te advierto, que me resulta complicado subir desde arriba hacia abajo y viceversa, pero si es necesario hacerlo para hamacarte en ese columpio que va desde las grises nubes que fabrican garúa , hasta donde se chusmean poemas al oído las estrellas y la luna, con gusto nadaré cielos para sacarte una sonrisa, colgadita del alma.
Calaverita.
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